22. sep., 2020

La nueva normalidad: día 90

El nuevo coronavirus SARS (Síndrome respiratorio agudo severo) CoV-2, conocido como Covid-19, originado en China el pasado año, sigue su avance imparable en el mundo y ya ha afectado a casi 32 millones de personas, mientras que la cifra global de fallecimientos está por encima de los 961.000, y la de enfermos recuperado supera los 21,1 millones, según los datos reportados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Casi la mitad de la población mundial ha sido sometida a confinamiento debido a la pandemia declarada por la OMS en marzo del presente año.
El foco principal de la crisis sanitaria se sitúa en América, donde los contagios continúan su ascenso y los fallecidos superan los 500.000. Europa ya ha sobrepasado los 223.000 muertos.
España ya reporta más de 31.000 muertos, según datos oficiales.
El repunte de casos en Europa y en el mundo ha provocado el temor en los mercados financieros globales, especialmente, en el viejo continente, donde ayer se vivió un nuevo lunes negro con caídas superiores al cuatro por ciento, como en las principales plazas europeas, como en Alemania y España. Hoy marte, las bolsas mantienen su volatilidad, con ligeros repuntes.
En el plano político destacamos los resultados del referéndum celebrado el lunes en Italia para reducir en un tercio el número de escaños de su parlamento. El "Sí" al recorte de los diputados ha ganado en la consulta en Italia, con una horquilla entre el 60 y 64 por ciento de los votos, según los sondeos a pie de urna. El "No" habría obtenido un resultado entre el 36 y el 40 por ciento.
El Parlamento italiano pasará a tener 600 de los 945 diputados.
Ahora falta saber si España se aplica el cuento y sigue los pasos de Italia recortando las administraciones públicas no esenciales o poco eficientes y así corregir el gasto público y que no siempre sean los mismos quienes sufran los recortes.
El Gobierno del Partido Popular tuvo una oportunidad de oro durante su mandato con amplia mayoría para hacer los deberes, como reformar el sistema electoral y achicar la administración, como suprimir diputaciones o cabildos y ayuntamientos, allí donde hubiera duplicidades.